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Todo sobre mi viaje a Colombia

La semana pasada regresé de unas cortas vacaciones a Colombia. ¿Cómo es que de pronto decidí tomarme un descanso del trabajo para visitar el país del café y el ballenato? La verdad es que después de ver Narcos, oh si, el cliché más grande de todos, me quedé pensando en qué sería interesante viajar  para allá. Incluso, recuerdo claramente haberle comentado a Juan Alonso, luego del concierto de Carlos Vives en Arequipa, que me moría por viajar a Colombia y bailar La Bicicleta. Al mismo tiempo, por alguna razón -o a lo mejor la creciente oferta de paquetes turísticos a nuestro país vecino- empecé a notar que casi la mitad de mis amigos en Facebook inició una exhibición desmesurada de imágenes de paisajes y destinos colombianos.  

Bien dicen que el Universo te da lo que pides. O por lo menos tus pensamientos atraen lo que te sucede. Pues resulta que unos cuantos meses después, por cosas del destino, me convencieron para unirme a un viaje. ¿A dónde? A Colombia. Y luego de revisar mi agenda y mis kilómetros LanPass (sin ánimo de cherry, sinceramente pienso que son una de las peores aerolíneas que existen), reservé mi pasaje y empecé con la planificación. Cuatro semanas después, luego de una clásica semana intensa de trabajo, aterricé en Bogotá.  Pero estoy segura que lo que quieres saber es qué hice, cómo lo hice y con quién lo hice. Pues bien, a continuación voy a darte algunos consejos en base a lo que fue mi recorrido y experiencia por allá. 
Como te dije, esté viaje fue totalmente espontáneo y solo tuve cuatro semanas para organizarlo. El pasaje que había comprado fue de Lima a Bogotá, tenía diez días para conocer y dos opciones: quedarme por los alrededores y pasearme entre la capital y Medellin o ponerme en modo aventurero y aumentar dos destinos playeros que normalmente se harían en una semana. Lo pensé. Después de todo, ¿cuándo tendré otra oportunidad? YOLO. Elegí la segunda. 

¿Dónde me quedé? 

Junto a la persona con la que fui, armamos un cronograma en Google Drive -te dije que todo había sido muy planificado- y ahí fijamos las fechas y duración en cada destino. Estaríamos dos días en Santa Marta, tres en Cartagena, cuatro en Medellín y uno en Bogotá. Buscamos en Airbnb y Booking lugares donde quedarnos y al final encontramos todos los hoteles a través de ésta última. Lo que nos convenció es que no necesitábamos pagar si no hasta después de llegar y si en caso cambiábamos de opinión, teníamos hasta tres días para cancelar la reserva sin que nos cobren. Aquí te dejo la relación de los hoteles en donde me hospedé, puedes entrar directamente a cada uno de los enlaces para ver los precios; todos ofrecían desayuno, algo que definitivamente influyó mucho en la decisión de quedarnos ahí.

Santa Marta: Masaya
Cartagena: Barahona
Medellín: Novelty Suites Hotel
Bogotá: Casona del Patio

¿Qué lugares visité? 

En Santa Marta fui a bucear a Taganga -la mejor decisión de todo el viaje- y a pasar el día a Cabo San Juan en el Parque Tayrona, a donde puedes llegar a pie luego de una caminata de dos horas en la que visitas otras playas. La verdad es que yo estaba demasiado ansiosa por llegar al cabo así que opté por ir en caballo, el tramo dura una hora aproximadamente y los paisajes son hermosos. Te sientes en una película. Para ambos destinos fui en taxi porque no llegamos a tiempo para pedir un tour, de todas maneras el costo no fue mucho ya que todo estaba dividido entre dos. Para el regreso de Cabo San Juan puedes tomar una lancha hacia Taganga y de ahí regresar a Santa Marta, en caso te quedes ahí, sale alrededor de las 5 de la tarde, aunque después de lo que me pasó, te recomiendo revisar bien las condiciones del servicio ya que a la media hora de salir dejó de funcionar y estuvimos casi una hora en medio del mar. Fue una pésima experiencia, felizmente la nave arrancó de nuevo antes de que oscurezca por completo.

Cartagena fue mi destino favorito de todo el viaje y si tuviese que volver, lo haría sin dudarlo. En serio es hermoso y tres días no fueron suficiente para recorrer todos los hermosos lugares que estoy segura hay por ver y disfrutar pero durante mi estadía fui a Islas del Rosario, Playa Blanca y por supuesto, me paseé por la Ciudad Amurallada. Los tours para las playas los tomamos directamente en el hotel Barahona donde todos eran demasiado amables, en especial Alex quien me guío mucho durante mi estadía ya que a partir de aquí fue que empecé a moverme sola por todos lados.

En Medellin la verdad no conocí mucho pues llegamos un fin de semana antes de las elecciones del Plebiscito. El viernes me fui a bailar a Sixttina, que queda a unos cuantos pasos del Novelty Suites Hotel y el sábado estuve todo el día en el Breakfest, un festival de música donde se presentaron dos de mis bandas favoritas, Molotov y Capital Cities. El domingo si no tuve mucho que hacer, solo pasear por Parque Lleras, donde todo estaba cerrado por la Ley Seca y bueno, ¡era domingo! Fui a dos centros comerciales y ahí se fue el día. El lunes sí estuvo bueno porque fui al Peñol donde pasé todo el día sentada en el mirador con una cerveza y buena música. Éste fue otro de los highlights del viaje.

Cuando llegué a Bogotá eran ya casi las seis de la tarde y solo me alcanzó tiempo para ir a pasear por El Retiro donde visité la tienda de Daniela Salcedo, si amas las joyas, ¡amarás esta tienda! Luego me fui a cenar a Andrés Carne de Res (pide los tostones con queso) y de ahi a dormir porque al día siguiente regresaba a Lima.

¿Cómo me movilicé?

De Santa Marta a Cartagena hay como cuatro horas de distancia y lo que hice, por la hora en la que salí, fue tomar un taxi hasta la estación y luego un bus a Barranquilla desde donde tomé otro carro hacia Cartagena. Esto lo hice de noche para no perder tiempo. Para el resto de lugares, Cartagena, Medellín y Bogotá, decidí que viajar en avión sería una buena opción y vaya que lo fue pues encontramos pasajes muy baratos en Viva Colombia. Pero como toda aerolínea que ofrece precios bajos, debes considerar que te cobrarán por las maletas que llevas tanto en cabina como en bodega, así como la opción de elegir tu asiento y también la impresión del ticket. Como llevaba muchos bultos yo elegí todas pero aún así no me salió tan caro.

En cuanto a la movilidad dentro de cada ciudad, usábamos Easy Taxi o Uber. No me dijeron que había problema en tomar taxis de la calle, pero prefería usar estos dos servicios y la verdad es que no tuve ningún problema.

¿Qué comí? 

De todo. Tanto así que llegué un poco hastiada de las arepas, pero ahora, siete días después de mi última arepa, ¡las quiero! En especial la que venía rellena de queso que probé de un ambulante que estaba a la entrada de la Ciudad Amurallada en Cartagena.

Otro plato que amé fue el arroz con coco, ¡espectacular! Lo probé con pescado en Taganga y también con mariscos en el Restaurante 1621 en Cartagena, ¡te lo recomiendo! Es un poco costoso, pero vale la pena. Otro lugar que te recomiendo aquí es El Barón, es un bar buenísimo, prueba el Gin, me lo agradecerás.

¿Viajé sola? 


Sí y no. A partir de Cartagena empecé a moverme sola. Y la verdad, la pasé increíble. Y realmente me sentía segura, ya había estado un par de días con compañía y por cosas del destino decidí que quería salir sola. ¿El truco? Hacerle creer al resto que estás con alguien, en mi caso era cierto, pero reforzaba el mensaje diciendo que había ido con mi esposo o con mi hermano. Es decir, dejaba en claro que en el hotel había alguien esperando por mi.

Muchas me preguntaron consejos para viajar sola y cómo hacía y si bien en este viaje no lo estuve al cien por ciento, han habido otros en los que sí como por ejemplo cuando fui a Miami, Europa o todas las veces que voy a Nueva York. Siempre termino moviéndome sola y felizmente, no he tenido ningún problema. Ya estoy acostumbrada. Lo que pasó en Colombia es que me sentí con la confianza suficiente para salir por mi cuenta y en cierta forma, decidí arriesgarme una vez confirmé con el personal de cada hotel que realmente era seguro para mi moverme sola por ciertos lugares.

Sé que como mujeres debemos tener muchísimo más cuidado pero si no te pones en riesgo y lees cuidadosamente cuanto artículo y consejos hayan en el ciberespacio sobre el tema entonces todo estará bien. En realidad no debemos tener miedo de ir al lugar que queramos, a no ser que sea un lugar demasiado peligroso y esa información podemos encontrarla en Internet, uno nunca sabe lo que puede pasar y si hay que arriesgarnos por algo, es por nosotras mismas. Nunca dependas de alguien para conocer ese lugar al que tanto querías ir, créeme, mejor anda por tu cuenta. Te lo digo por experiencia.

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