Resulta pues que, muy al estilo de la heroína de la serie, me pasó lo más loco minutos antes de llegar a mi punto de destino: se me pinchó la llanta del auto, literalmente a una cuadra del hotel y no señores, no tengo llanta de repuesto. MIERDA. Estaba con mi queridísima y fabulosa Fiore de ponte tu vestido y no hice más que cruzar al grifo que teníamos al frente (¡gracias a Alá!) y... no había llantero. Paré un taxi, felizmente siempre tengo la buena suerte de encontrar un taxista que seguro cachuelea como mécanico los fines de semana (no ofense to any), le dije a Fiore "anda no más, ya nos encontramos después" y rogando para que el taxista sea realmente un ángel caído del tráfico limeño y no un violador, trepé con mis tacos y mi llanta a ver si tenía alguna salvación. "No hijita, compra otra" me dijo mi querido padre mientras lo llamaba camino a un mecánico (nuevamente, gracias a Alá, estaba a 5 minutos de donde quedé parada). ¿Dónde compro llanta? "En Plaza Vea señorita" (también a 5 minutos, pero esta vez, del mecánico).
Si quieres ver imágenes de qué tenía puesto y saber cómo termina esta historia, sigue leyendo...
Así que ustedes vieran a su querida Pink, vestida y alborotada, ingresar de lo más regia a Plaza Vea, haciendo clac clac clac con sus taconazos y pidiendo una llanta con las especificaciones que el buen taxista me dio. Tarjetazo. Vámonos volando.
Y llegué,después de una hora, al cocktail, felizmente el desfile empezó más tarde de lo programado. La pasé fabuloso, como dije, era un episodio de Sex & the City, estaban las divinas Nadia de lamodadicta, Giha de Aventura Chic y por supuesto, mi querida Fiore de ponte tu vestido. Champagne, caviar, todo regio y divino.
Sólo faltaba Samantha y Mr. Big para que la noche esté completa.
Y acá, lo que tenía puesto. Gracias a Nadia de lamodadicta por tomarme las fotos, ¡eres un éxito!
S/118,80
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